28 de enero de 2017

LOS MALOS EFECTOS DE LA HIPER REGULACIÓN

Ayer mismo se re-inauguró en mi ciudad un hipermercado de la firma Carrefour. El hecho no debería tener mayor relevancia más allá de la deseable y beneficiosa amplia oferta comercial que con la apertura de este tipo de establecimientos se aporta a las zonas donde se establecen.

El caso es que Carrefour ya había estado en la ciudad, mucho más, había estado en el mismo sitio donde ahora retoma la actividad, ¿raro verdad?, pues si es lo que tiene poner trabas y tomar medidas políticas estúpidas. El caso es que hace ya más de 10 años, cuando Carrefour desarrollaba normalmente su actividad aquí, en una ciudad cercana compró otro hipermercado de la firma Pryca, a resultas de lo cual pasó a contar con tres establecimientos cercanos geográficamente. Aquí es donde entra en acción la política, en este caso la que se dedica a controlar y regular las grandes superficies. A resultas de lo cual la cadena gala se vio obligada a vender su hipermercado a la hispana Eroski.

Por los motivos que sean, el nuevo Eroski nunca tuvo aceptación y resultaba desalentador ver cómo progresivamente aquello estaba cada vez más vacío. Ahora, al cabo de los años, resulta paradójico que Carrefour vuelva a ocupar y desarrollar la misma actividad en el mismo sitio. El resultado es que los consumidores hemos sido privados de tener una mejor oferta que la que nunca pudo darnos Eroski, simplemente porque al político lumbreras de turno se le ocurrió que estaba mal que tuviera tantos establecimientos en la zona, para al final acabar tragando...

Esto no es más que otra muestra de que la hiper regulación económica y comercial que limita la libertad de las personas nunca da buenos resultados, perjudicando eso si, siempre a los mismos.

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