Esta herramienta, aunque con sus polémicas, ha servido para que quien no haga las cosas mínimamente bien en el sector, se ponga las pilas si no quiere que su reputación se vea por los suelos y por consiguiente y muy posiblemente su cuenta de resultados de explotación del negocio. Esta web, tan valorada por el servicio que presta a sus usuarios, se ha convertido en un sitio de referencia para quienes quieran obtener una opinión previa e instantánea antes de decidirse por acudir a uno u otro establecimiento.
Ahora bien, si en todos esos sitios para el ocio, el turismo y la diversión valoramos como nos tratan ¿porque no aplicarlo a la sanidad? ¿o es que cualquiera de nosotros no ha tenido nunca malas y negativas experiencias cuando ha tenido que utilizar servicios sanitarios?. Resulta llamativo que para cosas que nos afectan relativamente nos dediquemos con entusiasmo a comentar y promover este sistema de calificación y valoración, en cambio para algo que nos afecta muy directa y vitalmente seamos mucho más permisivos.
Porque aquí no se trata de saber si la comida era buena, las habitaciones estaban limpias o si el precio era razonable, sino si en momentos vitales nos brindan una buena atención, ofrecen servicios decentes y son profesionales.
La aplicación de este tipo de herramienta al sector atendería a aspectos como:
- Listas de espera
- Respeto de horarios
- Facilidad para acceder a facultativos
- Calidad del servicio
- Trato personal
- Valía profesional
- Calidad de la atención
- Valoración personal del facultativo
- Atención al cliente
- Etc.
Pues parece que nos preocupa más en manos de quién nos ponemos cuando se trata de disfrute, relax y diversión, que para cuidar de nuestra salud.
La verdad que tampoco entiendo que a estas alturas de internet que nos hallamos, nadie aún haya sacado adelante el "Tripadvisor de la salud".
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